Dios Padre engendra al Hijo, en Él se ama, el Hijo se ama en el Padre, el Espíritu Santo es el Amor mutuo de la Trinidad.
Papá se ama en mamá y mamá en papá, el fruto de su amor es el hijo.
Mamá concibe el amor de papá, lo alimenta con su sangre y lo cobija en su vientre. El niño aprende a hablar diciendo “mamá” y a vivir imitando a papá.
Mamá, es maravilloso que para tus hijos siempre eres reflejo del amor de Dios; papá, es admirable que para tus niños seas el héroe, para tus adolescentes seas auténtico, para tu familia seas el modelo y al mundo des mil ejemplos de amor cuando, ante tus niños, elogias y besas a su mamá.
Papá, en la calle vales lo que produces, en tu hogar vales lo que eres: el rey irrepetible, el mejor papá de tus hijos y el único esposo de su mamá.
Papá Dios te hizo cabeza del hogar para formar a tus hijos en la voluntad con la razón, en la fe con el ejemplo, en la libertad con el respeto; para que cuando crezcan vuelen con sus alas, pues ya no necesitarán las tuyas.
Si te llaman “padre” como a Dios es porque lo representas. ¡No te asustes! También Dios llamó a San José, “papá”.
P. Lorenzo Gómez, L.C.
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