LA SAGRADA FAMILIA

Un día del año, a finales de diciembre, se celebra la Sagrada Familia, la familia modelo de lo que deben ser las demás. La componían una mujer, un hombre y un niño: José, María y Jesús.      

   Una familia muy pobre, para empezar, pero muy feliz. Con lo que se demuestra que pobreza y felicidad no se excluyen mutuamente. Muy feliz, porque allí estaba Dios, y solo Dios basta. Quien a Dios tiene nada le falta. Familia en que Dios es un ausente no puede ser plenamente feliz. Pero, donde se abre la puerta a Dios, se abre la puerta a la felicidad.

    Familia feliz porque allí se rezaba todos los días y con entusiasmo. La oración era parte importante de la vida. Feliz porque allí se trabajaba en paz y con amor, se amaba el trabajo.    

   Trabajaba él en el taller, ella en las tareas de la casa y Jesús veía trabajar a ambos, e iba aprendiendo a trabajar a medida que crecía. Familia feliz porque allí se amaba muchísimo. El amor es la raíz de la felicidad. En Nazaret los tres amaban y eran amados entrañablemente. En las familias en las que todos aman y son amados así, son también felices.

Familia de Nazaret, ¡qué pocas cosas te bastaron para ser la familia más feliz! Ayuda a nuestras familias a recuperar los grandes valores perdidos.

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