Cristo esperó la noche de su Boda sagrada para firmar el contrato con su Esposa mística. El lugar fue el aposento alto la noche del Jueves Santo; allí la purificó lavándole los pies, le entregó en la paz el anillo de bodas, le prometió fidelidad hasta el punto de donarle su Espíritu Santo y le entregó su Cuerpo y su Sangre en un pacto mutuo indisoluble. Noche esperada desde el cierre del paraíso terrenal, consumada cuando de su costado brota sangre y agua, símbolo de unión inseparable, porque lo que Dios unió el hombre no lo separe.
Frente al altar los esposos firman el contrato como ministros del sacramento del matrimonio que da la gracia que significa, es decir, la unión de Cristo con su Esposa, la Iglesia. Consumen su matrimonio con el amor que brota de su corazón escondido en su costado hasta hacerse una sola carne.
La donación total mutua de sí, como la de Cristo y la Iglesia, sella su amor que se hace visible en los hijos. La grandeza del matrimonio perpetúa en la familia, Iglesia doméstica, como Cristo lo perpetúa en la Eucaristía, sacramento de perfecta unión.
Esposos: su vocación es amarse uno al otro como Cristo y la Iglesia se aman, para que su amor, como el de Cristo, se goce en el sacrificio incondicional y se eleve a ser también imagen de la Trinidad, porque el Padre se ama en el Hijo, el Hijo se ama en el Padre y el Espíritu Santo es el amor entre el Padre y el Hijo que se hace fecundo en la creación de todo lo que existe.
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2 comentarios
Mis oraciónes por todos los matrimonios del mundo entero especialmente por toda la juventud Para que le den el valor al matrimonio que merece matrimonio sagrado 🙏🏼
Tristemente una mujer separando mi matrimonio, los pongo en sus manos, muy muy doloroso