El escapismo

El escapismo

El escapismo
Juan Alberto Echeverry

El escapismo es una actitud que muchas veces no se percibe de manera directa en la vida, pero que daña hogares y también afecta social y psicológicamente a las personas, haciéndolas infelices.
En el libro del Génesis leemos una sorprendente historia acerca de una aparente relación inadecuada entre una esclava y un hombre de Fe. Se trata de Agar, la esclava de Sara, la esposa de Abraham. Narra la Biblia que Sara, en vista de que no le podía dar hijos a Abraham, le entregó a su esclava para que se uniera a su esposo y pudiera tener un hijo. Así pues, Agar se unió con Abraham y quedó en embarazo de Ismael. Pero como todos sabemos, en el Antiguo Testamento, cuando una mujer o un hombre no podían concebir un hijo, entonces eran considerados inferiores o pecadores, con lo cual, Agar comenzó a ver de manera inferior y despectiva a la misma Sara. Sara, por derecho, y siendo de condición sociocultural superior, comenzó a maltratar a Agar haciéndola huir. Pero el ángel del Señor se le apareció en el camino y la hizo regresar a la casa de su ama, bajo la promesa de bendición.
Así mismo, en la carta a los Gálatas en el capítulo 4, San Pablo nos ofrece la simbología espiritual de Sara y Agar, así como la de Isaac e Ismael, en la que nos hace ver que nosotros llevamos un Isaac libre en nosotros y a la vez un Ismael que es hijo de la esclava; es decir; nosotros debemos fortalecer en cada uno ese hijo de la libre que llevamos por dentro, o sea, nuestro espíritu.
Toda esta historia que he compartido es para poner de relieve que en nosotros muchas veces hay una batalla entre nuestro cuerpo, que es la simbología de Agar; y nuestro espíritu, que es la simbología de Sara. Cuando tratamos de someter nuestro cuerpo a la obediencia del espíritu, entonces en algún momento de la vida, pareciera que nos revelamos contra el espíritu y queremos huir del camino derecho de la espiritualidad.
Pareciera que nuestro cuerpo se rebela y quisiera darle rienda suelta a los caprichos e inclinaciones.
Muchas personas, sin saberlo, están huyendo en sus vidas de ese espíritu que trata de reinar en ellos. Así por ejemplo tenemos esposos que huyen de sus matrimonios, o hijos que huyen de sus hogares, o mujeres que huyen de sus responsabilidades; y así sucesivamente. Uno se preguntaría: Pero ¿a dónde huyen?, pues es fácil discernirlo.
Muchas personas huyen de sus realidades refugiándose en el trabajo, en los amigos, en las drogas, en la televisión, en el alcohol y hasta en la religión. Algunos viven metidos en su Iglesia, evadiendo las responsabilidades de su hogar y otros están escapando en hobbies vicios para huir de la realidad de la vida, escapando de enfrentar las responsabilidades y la vida de sacrificio que deberían llevar.
Una persona que no huye es quien puede darle el equilibrio perfecto a su vida, enfrentando sus responsabilidades y disfrutando de cada área de su vida, sin hacer fijaciones ni desarrollando vicios de manera empedernida. Valdría la pena que cada uno de nosotros nos preguntáramos ¿tengo o sufro de escapismo en mi vida?, ¿de qué estoy huyendo? ¿Puedo levantar mi cabeza diciendo, cumplo con todas mis responsabilidades de vida y soy feliz?
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