Tengo tres hijos y a la largo de este proceso de ser papá me he interesado mucho en saber como hacer para que mis hijos continúen el camino de Dios, les hemos enseñado junto con mi esposa todo lo que dice la biblia, los mandamientos, el catecismo, hemos compartido con ellos experiencia como retiros, asambleas, etc. luchamos por ser buenos padres y muy amorosos, pero hay un detalle super importante que hemos ido viendo con el tiempo, lo que más aprenden ellos no es lo que les hablamos, es lo que nosotros hacemos, es decir nuestro ejemplo, y es aquí donde la palabra congruencia cobra sentido,
SER LO QUE DICES SER, esto es un reto para nosotros como padres, porque nos lleva a realmente ser un ejemplo andante, enseñando que podemos tener errores pero luchando por ser coherentes en lo que decimos creer, me he encontrado a muchos hijos que me a tocado ayudar, cuentan que sus familias están en alguna actividad religiosa, pero que son de una forma en el grupo o parroquia y al llegar a casa son completamente diferente, nuestros hijos son como radares buscando algo fuera de lo normal, cuando nosotros decimos una cosa pero hacemos otra ellos lo notan, esta, es una de las causas más grandes para que muchos hijos no quieran seguir los caminos de Dios, no podemos decirle a nuestros hijos “Hace lo que te digo, pero no hagas lo que yo hago”, debemos enseñarles con nuestro ejemplo de vida, debemos ser verdaderos cristianos, verdaderos ejemplos, iniciando en nuestra casa, amando a los que viven con nosotros, dejando de criticar a nuestra propia familia, enseñando a perdonar, a ser comprensivos y caritativos con los nuestros, con los más cercanos, es donde debemos iniciar predicando a un Cristo resucitado y lleno de amor, debemos ser el reflejo de Cristo, recuerda que para nuestros hijos el primer Jesús que conocerán será el que nosotros como cristianos reflejemos.
Francisco Quintana
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