Dichoso quien de esto nunca se olvide. Desdichado quien esto no crea.
El reconocimiento de lo que en realidad somos es la más optimista de las actitudes en la vida que debemos aprender. Por ello no es nada pesimista decir y sabernos polvo (Gn 3, 19). De hecho, es de las maneras más sabias de vivir la vida, bajo esta verdad. Sabernos así nos ubica en nuestro lugar. Nos dispone a no asustarnos de nuestros fracasos y miserias. Nos da la oportunidad de volver a comenzar cada día.
Pero ¿por qué nos creó polvo y no diamantes?
Por su misma consistencia el polvo no es pesado, viaja ligero. Estamos inclinados en la vida a ir cargando con muchas cosas. Cosas que solo provocan pesadez. Cargas inútiles, estrés de sobra, traumas insustanciales, preocupaciones vacías, obsesiones enfermas, infelicidades tristes, anhelos huecos. Todo esto pesa. El polvo viaja ligero. Nuestra vida es para andarla libres de todas esas cargas que nada más nos agobian.
Las rocas, esas enormes, están formadas en definitiva de partículas de polvo. Convertido en roca, el polvo llega a ser sólido, fuerte, duradero. De esta particularidad del polvo también podemos aprender, estamos hechos fuertes, sólidos. Fuertes en la fe, la esperanza, la caridad. Sólidos para no dejarnos vencer por cualquier viento en contra. A una roca se la puede hacer polvo. Esto es maravilloso, pues volviendo al polvo es como podemos “ser de nuevo”. Como entonamos en una canción: “Hazme de nuevo. Yo quiero ser un vaso nuevo”. Nuevos para creer, para volver a comenzar, para perdonar, para comprender, nuevos para seguir confiando. Nuevos en nuestra alegría.
Por cierto, los diamantes son solo eso, diamantes. Brillan, son hermosos, pero están de adorno. Un cristiano no puede nunca ser una pieza de adorno. Que nunca se nos olvide que somos polvo.
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6 comentarios
Que Onda Padre Gerardo? Muchas gracias por tan verdaderas palabras Bendiciones siempre me alegra verlo todas las mañanas .
Grasias, que bonito que Dios lo siga bendisiendo con esas palabras tan alientadoras.
Muchas gracias padre, Dio le bendiga
Muchas gracias Padre por tan alentadora Reflexión que me invita a confiar más en la Misericordia grande del Señor.
Bendiciones!
Muy buenas noches Padre Gerardo, gracias por compartir el mensaje de gran verdad de que somos polvo y a la tierra hemos de volver, pero algo a lo que todos anhelamos es llegar a estar en la presencia del Rey de Reyes para lo cual debemos pedir la gracia de sentirnos imperfectos y humildes para merecer su amor y misericordia en todo momento.