Resucitar

Resucitar

Resucitar

P. Mariano de Blas, L.C.

 

  • Resucitar es tener el alma llena de certezas. La certeza de que me ama infinitamente, de que estará siempre conmigo, según sus palabras: “Yo estaré con vosotros todos los días hasta el fin del mundo”. La Eucaristía es el cumplimiento de esta promesa del Señor. La certeza de estar salvado, de poder ir al cielo, si yo quiero.
  • La certeza de poder vivir lleno de alegría a pesar de todo. “He encontrado a Cristo y, por tanto, la alegría de vivir.” Sé en quien he creído y estoy muy tranquilo”, decía san Pablo. En el alma que tiene a Dios brilla una perenne primavera.
  • La certeza de triunfar en la vida, si vivo con Él. Creer firmemente en que la resurrección de Jesús es mi máximo triunfo, alegría y fortaleza.
  • Resucitar como Lázaro, resucitar con Cristo es dejar a los pies de Cristo todos los pecados, infidelidades, debilidades. Para todo hay perdón: “Yo soy la resurrección y la vida”. Para todas las dudas, problemas, dificultades, los “no puedo” hay solución. Para todas las ilusiones muertas hay posibilidad de resurrección. Todo se puede reparar mientras dura la vida. ¡Qué fácil se mueren esas ilusiones! Jesús dice: “He aquí que hago todas las cosas nuevas”.
  • Para todos los propósitos, los buenos deseos de superarte, de ser mejor hay posibilidad.
  • La certeza de morir en paz, en las manos de Cristo resucitado y de mi Madre Santísima. Resucitar es desterrar el miedo a la muerte.
  • Certeza de triunfar en tus metas apostólicas.
  • Resucitar es llevar mi cirio encendido, que significa vivir con plenitud de alegría y paz todos los días de mi vida. “Mi paz os dejo, mi paz os doy…”. Significa vivir mi cristianismo en plenitud: Soy de Cristo felizmente y para siempre. Significa resucitar y vitalizar mi amor a Cristo, porque ¿qué hombre se cruzó en tu camino, más grande, más hermoso, más digno de tu amor que Jesucristo? Significa vitalizar el amor a tus almas, las que te tocan (una esposa, una madre resucitada, un padre resucitado pueden resucitar a su familia).
  • ¡Resucitar! Todo nuevo, recién estrenado. Cristo nos brinda la gran oportunidad. Como en tus mejores tiempos…y aún mejor. Todo comienza, si tú quieres.
  • Resucitar. ¿Quién prefiere la soledad del sepulcro, la tristeza y la muerte? Hoy puedes elegir el amor, la felicidad, a Dios. Dios es tuyo.

Te invitamos a conocer la nueva colección de cuaresma aquí

Regresar al blog

2 comentarios

El Dios de las oportunidades. Dios misericordioso.

Araceli

Dios mi amigo fiel..

Juana Jovel

Deja un comentario